Conversaciones entre artistas

INCERTIDUMBRE, 2014

Los artistas Mònica Fuster y Agustín Ortiz se reúnen para reflexionar sobre el espectro artístico que circunscribe algunas de sus obras. En estas conversaciones los artistas tratan sobre aspectos comunes y divergentes. Este fragmento se ocupa de la instalación "Incertidumbre" de Mònica Fuster y el video "Decay" de Agustín Ortiz.

A: A veces, cuando pienso de nuevo en "Decay", me vienen imágenes de tu obra "Incertidumbre". Se me ocurre que entre las dos obras hay ciertos puntos comunes, como por ejemplo, el tema del ciclo vital. En apariencia las dos propuestas parecen ir en direcciones opuestas; la mía habla de la decadencia y la tuya, en principio, de la creación. Quizá tu obra reproduce un ciclo más amplio, por que, aunque toma como punto de partida los estratos más primerizos de la vida, al final la decadencia es inevitable y toma protagonismo en el último tramo del proceso. Pero cabría hablar de que el verdadero punto en común es el ciclo. En "Decay" la figura de barro se descompone en el magma inicial que la creó, polvo y agua. En la tuya el ciclo también es completo, la muerte deja latente la vida a la espera de buenas condiciones para empezar de nuevo el proceso. Aunque no estoy seguro de que fuera así, no sé si las plantas produjeron semillas.

M: En ambas piezas la clave está en su ciclo, en su proceso de transformación, cambio, metamorfosis. Sobre el proyecto “Incertidumbre” la idea inicial era observar qué ocurría si utilizaba el papel en lugar de la tierra como sustrato, mas la ayuda del agua y de la luz. La idea era observar si en ese medio las semillas de mostaza ( brassica campestris ) podían germinar y no solo eso, sino que la acción en si misma contuviese todo el sentido implícito de la Incerrtidumbre, ello inevitablemente remite a un sentido esencial de la existencia y también de los procesos de creación que para mi son los ejes centrales de la propuesta que denomino "acción poética". En "Decay" el polvo se disuelve lentamente en el agua y queda de nuevo el poso de ese polvo en el fondo y por su peso. En "Incertidumbre", tras el cultivo del papel germina el concepto / la palabra atravesando la pulpa de algodón, luego se van configurando microjardines y micropaisajes provocados por los líquenes y musgos en el papel, este aspecto me interesa muchísimo ya que toda la fuerza evocadora surge de su propia descomposición, otro punto en común con "Decay".

A: Estoy de acuerdo. En ambas obras también está muy presente la reflexión sobre el proceso de creación. En "Incertidumbre" la vida se abre camino de forma inevitable e impredecible, como bien apunta el título. Lo que en apariencia está bajo control acaba tomando designios imprevistos. En "Decay" el proceso de destrucción no puede ser más aleatorio, la descomposición toma relevancia resaltando el aspecto visual y creativo del acto. En ambas obras la belleza se expresa a través de canales inusuales y este hecho sirve de acción metafórica. La belleza se encuentra en los lugares más insospechados, como también en nuestras vidas, en cualquier momento del ciclo vital. En la creación y también en la muerte, en el crecimiento y en la decadencia.

M: Me interesan las reflexiones que apuntas sobre lo impredecible de la vida, a lo que añadiría que la naturaleza se rige por sus propias leyes desconocidas para nosotros. Y sobre la belleza, es cierto que se encuentra en los lugares más inesperados y muchas veces terribles, esa es la búsqueda, o mejor dicho el gran hallazgo que nos toma por sorpresa y arrebata por completo y entiendo que allí debe estar la clave del propio acto creativo.

A: No conozco demasiado sobre el punto de partida que te sirvió de base para la creación de "Incertidumbre", ese sería quizá un aspecto interesante para debatir. Pero te puedo explicar sobre el inicio de "Decay". Esta acción es, de hecho, la repetición de un juego que yo realizaba en mi adolescencia. Por tanto, la recuperación de la memoria es un elemento importante. La juventud, aquí invocada, además de por la recreación de un juego de infancia, por el elemento introducido en el agua, es el punto de partida de un proceso inevitable e impredecible, aunque, por nuestra experiencia, sepamos el final de antemano. La belleza y la agonía van unidas, en este caso correspondida la primera por lo visual y por lo sonoro la segunda. Eso sí, a la belleza hay que descubrirla, está de alguna forma deconstruida. Así es, si sabemos cambiar el punto de vista predominante, la vida: bella en su continua descomposición.

M: Se me ocurrió el proyecto leyendo un texto del físico alemán Weiner Heisenberg con el que llego a la conclusión de que una partícula puede estar en dos lugares a la vez, viajar en direcciones contrarias e incluso estar en dos polos opuestos del hemisferio y verse influenciada la una por la otra. La realidad es incierta y la incertidumbre se rige como principio en la vida. Esta idea me atrapó y de allí me vino realizar la pieza y observar lo qué ocurría con ella, conmigo y respecto a los demás porque para mi tenía sentido realizarla en una dimensión considerable de forma que pudiese recorrerse, observarse de cerca, vivenciarse en todos sus procesos. Aquí el sonido sería imperceptible pero existe claro, al germinar y mutar y desecarse todo, incluso pienso que si la repito colocaría unos aparatos de alta precisión que pudiesen registrar esos sonidos para amplificarlos, algo así como cavitaciones. Así que de forma oculta existen relaciones sonoras sutiles entre “Decay” e “Incertidumbre”. Y otro aspecto muy relevante y que le da sentido a su dimensión en vivo y gran formato es el olor, el aroma que desprenden las semillas al germinar y al ir pudriendose, el olor de los líquenes y musgos resultados de la putrefacción y finalmente el olor intenso que queda sumergido en la pulpa de papel una vez todo esta seco y sin agua. En relación al cuerpo y la memoria quizás diría que todos los micropaisajes surgidos parecen diferentes etapas de la vida y sus latitudes temperaturas corporales en relación a esas etapas o fases. Me pregunto qué influencia ejerce la naturaleza sobre la conciencia del sentido impermanente de la vida. La confrontación con uno mismo en medio de su gran desconcierto. Cada momento es el último momento, o la última vez regresa eternamente que vendría a ser lo mismo. Aquí quizás respondo a lo que me propones a continuación sobre el paso del tiempo. Pero la clave para mi es siempre poética: esa visión perceptiva que se realiza con el encuentro afectivo con la naturaleza, allí se realiza una recreación poética con el paisaje porque todo esta dentro de nosotros.

A: Quiero traer aquí también la reflexión sobre el paso del tiempo que está presente en las dos obras. En la tuya el tiempo toma un protagonismo casi corpóreo. Todos los elementos, el papel, las semillas, el agua, la luz, el aire, se colocan de forma precisa para que el tiempo haga funcionar el milagro de la vida, ese elemento de unión sin el cual la obra perdería operatividad y quizá sentido. La obra se ha de observar en un espacio y tiempo determinados, lo que le otorga un magnetismo intenso, casi mágico.

M: También oculto, por desvelar. La transformación es continua y diversa y no depende de otra voluntad que la de la interacción de los elementos. Nosotros observamos y reflexionamos sobre el proceso, lo disfrutamos o lo sufrimos, pero requiere de nuestra presencia en ese espacio y tiempo compartido. Sin embargo en la mia, el tiempo nace ya manipulado. A través del truco de la edición se acelera la sensación que tenemos sobre el proceso. El tiempo es aquí una ilusión que, además, se puede revivir en un constante retorno al inicio. La vuelta a la idea del ciclo. La memoria es también una ilusión, al igual que nuestra percepción del tiempo presente. El video debe ser expuesto en un loop interminable, sólo el espectador decide cuando tiene suficiente de la realidad expuesta y sale de la sala para adquirir, de inmediato, un recuerdo. Un proceso parecido al que dio inicio a la pieza, la recuperación de la memoria de la infancia.

M: Interesante!

M: Finalmente te diré que mi intención era recuperar el papel una vez transcurrida toda la acción y pulverizarlo de nuevo y que este fuese la base para realizar un libro de artista que reflexionase sobre la incertidumbre sirviéndose como base visual de las imágenes del proyecto, o más concretamente de aquellos paisajes inesperados que han ido surgiendo. Algo así como unir los procesos de un naturalista con la poética existencial de la acción, y en ello estoy trabajando con la colaboración del escritor José Carlos Llop que no sé todavía lo que hará pero ello forma parte también de la incertidumbre, que como alguien me dijo, es la sal de la vida!

A: Si, la vida es impermanencia y tenemos que aprender a admirar nuestra propia naturaleza si queremos alcanzar algún tipo de conocimiento. Aunque esta sea una ardua tarea, puede ayudarnos a entrever el significado del viaje en el que estamos embarcados.

Mònica Fuster Agustín Ortiz

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