La artista de Mallorca crea “incertidumbre” con semillas incrustadas en papel. Expone su obra en la galería Masserre de Barcelona durante 50 días.
“Es una acción poética con planta viva”, donde la palabra germina y crece. La artista Mónica Fuster milita en la experimentación con las plantaciones y los jardines. Pretende que la naturaleza, domesticada, provoque e impacte en una sala, con acciones que resultan efímeras. Tras alzar el muro vertical del jardín verde que situó en el taller gráfico 6A de Palma, ahora ve crecer las letras de hierba “incertidumbre”, durante 50 días, en la galería Masserre de Barcelona.
Mónica Fuster ha programado la germinación de una palabra, la eclosión simultánea de una multitud de semillas de mostaza, ordenadas en tipos de letras, sembradas en la pasta de papel. Un lienzo papelero gigante, blanco, obrado en el molino artesano de Capellades (Cataluña) se descompone con el impulso de las mínimas plantas que crecen, se alzan, empujan y horadan la superficie y, finalmente, se secan y dejan el hueco, la palabra marcada. Las imágenes fotográficas de Carles Domènec documentan el proceso. Nacerá un vídeo documental de esta historia y finalmente un libro de artista que incorporará otro soporte de papel, fruto de la moltura de la propia obra. “Me interesa”, dice Mónica Fuster, "la palabra, por ejemplo, ’Incertidumbre’ que depende de un proceso hasta cierto punto autóctono que se facilita o conduce y se concibe en continua transformación. Me place especialmente el hecho de que la misma semántica de la palabra tenga una correspondencia real con la acción”.
Fuster se pronuncia con una obra viva –que fenece-, se recrea desde la experimentación sobre la botánica y la explosión de la naturaleza, desde una acreditada reivindicación del dibujo. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, se especializó en La iconografía hermética en los tratados alquímicos de los siglos XVI y XVII.
Publicado en El País el 21/07/2013
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