Entrevista para el catálogo de la exposición Arts al Palau, Palau Ducal dels Borja, Gandía, 2007.
Por Pilar Ribal.
PR.- Una de las cosas que más me seduce de tu obra pasa por su aparente simplicidad. Me explico. Por un lado, tus imágenes parecen "inocentes", muchas veces rozando lo que podríamos asociar a lo infantil, a la fabulación de un relato sin malicia. Sin embargo, tienen la virtud de sugerir una deriva hacia aspectos ocultos y de facilitar una doble aproximación. Es ese envés, ese revés de la apariencia que tú tan bien captas en tus dibujos nos conduce hacia las fronteras de la realidad y la ficción, hacia la turbulencia del mundo interior, en donde todas las pulsiones más primarias del hombre tienen sin duda un espacio privilegiado. En este sentido, no puedo sino recordar que muchas de tus obras contienen sutiles alusiones eróticas, y que la amenaza de lo terrible -aunque sea disfrazado de su cara más amable- fluye también en lo monstruoso, lo híbrido, lo anómalo. Es cierto que cuando dibujas criaturas mestizas de hombre y animal evocas esas cualidades -que reconocen muchas tradiciones mitológicas- que nos hermanan, pero también dibujas un escenario inquietante. ¿En qué medida te atrae que tus obras provoquen -aunque sea a posteriori- esas emociones? ¿Es algo buscado?
MF.- En parte es buscado y en parte hay algo, una sospecha, que me arrastra hacia allí y entonces encuentro la manera de expresarlo. Por lo general me siento una persona vitalista y lo erótico es vida, por lo tanto esta presente. Sin embargo cuando hay algo más animal, instintivo, que pulsa por salir y lo anulamos excesivamente puede llegar a provocarnos infelicidad. El cuerpo humano es el punto de partida. Me interesa su relación biológica con la naturaleza y la materia. En cuanto al mundo animal, me interesa indagar en él como un referente perdido y arquetipo que representa las capas más profundas del inconsciente y del instinto, esos animales de la oscuridad, del misterio y la imaginación. A veces utilizo claras referencias mitológicas pero en muchos casos los convierto en personajes híbridos o figuras antropomórficas a mi libre albedrío. Me valgo de ellos para narran historias aunque mediante el proceso creativo no pretendo expresar mis sentimientos y vivencias personales sino hablar desde una concepción más poética y común, entendiendo el arte como metalenguaje.
PR.- Entre todas tus obras recientes, me ha resultado muy estimulante tu instalación dedicada a la levitación, un tema que para mí tiene todas las connotaciones necesaria para interrogarse respecto a cuestiones relativas al desprendimiento del cuerpo, a la superación de los límites físicos, al viaje astral, etc., y que se asocia a los hechos físicos imposibles de tu obra (las hibridaciones de criaturas animales y humanas, las naturalezas vivas, lo orgánico animado...). La cuestión de la energía interior, implícita en esta cuestión, nos remite a Bergson y al psicoanálisis, al misticismo, a los surrealistas... En fin, a toda esa problemática respecto al control sobre el cuerpo, a la ruptura de las leyes de la física, lo que nos conduce directamente a la interrelación vida-ciencia, o mejor arte-ciencia, que es para mí una de las vías de interrogación más potentes que pueden asumir los artistas plásticos. En el fondo hablamos de energías y está claro que nos enfrentamos a nuevos descubrimientos, a la superación de nuestras ideas de siempre. Aquí, curiosamente, tu obra se mueve entre dos extremos: un arcaísmo simbólico en cuanto al interés en las pulsiones primarias, a las sensaciones de la materia y la relación con la naturaleza, temas en los que has avanzado notablemente, y esa especulación científica que desarrollas incluso en tu empeño por "hacer del dibujo un instrumento de una reflexión espacial, una matriz capaz de salir de sus acotaciones descriptivas"...
MF.- Por un lado uno de mis proyectos más inmediatos con el que persisto es el de investigar sobre cómo liberar de su peso a la escultura, la cual tradicionalmente se ha ocupado de objetos y cuerpos con un peso implícito. Por otra parte desafiar la gravedad es un tema que plantea profundos interrogantes acerca de la naturaleza del potencial físico y psíquico del hombre. He llegado allí después de trabajar sobre diferentes procesos con los materiales que pasan por diversas transformaciones, o que presento utilizando diferentes medios que me permiten transformarlos principalmente a través de la luz o el aire dotándolos así de ligereza. También durante un tiempo me centré más en la huella que en el propio objeto,incorporando incluso la conceptualizaación de campos sonoros. Por lo tanto mis intereses hacia el fenómeno de la levitación son la consecuencia de una concatenación de hechos precedentes que me han llevado hacia allí. Por otro lado me enriquece compaginar el trabajo en solitario con el trabajo en equipo, y es allí donde he podido experimentar más con la tecnología, aunque siempre me ha interesado convertirla en algo cercano, casi doméstico y presentarla a veces de una manera abiertamente lúdica. El arte y la tecnología siempre han estado unidos y avanzado conjuntamente, y entre los artistas y los científicos hay un nivel de entendimiento y comunicación muy directo ya que nos unen nuestros procesos de búsqueda.
Sobre los otros aspectos que me comentas, creo que existe una profunda relación entre Realidad y ficción y muchas veces no sabemos o podemos delimitarlas. En los trabajos que juego con esta dualidad no corroboro la existencia de algo, sino que planteo la posibilidad de su existencia. La intención gravita, pues, en un territorio más metafísico y poético que en una reflexión sobre los modelos de lo real y su credibilidad. Me gusta situar la mirada justo en el punto en donde la realidad y la ficción puedan cuestionarse. Puedes partir de un sentido u otro y hacer el camino a la inversa. Un mundo contiene al otro e incluso pueden crearse territorios paralelos.
PR.- Respecto a tu instalación basada en la idea de la levitación, es curioso que incorpores un tipo de cabeza reducida (ese cambio de escala me parece muy interesante) que recuerda a las tipicas "cabezas de sustitución egipcias", como aquella tan famosa de Nefertiti que ha pasado a la historia como uno de los grandes retratos egipcios y que no era más que una especie de "fotografía" del rostro de los personajes que los artistas debían tallar, modelar y pintar. Esa cabecita azul con rasgos tan vivos y de carácter expresionista pero muy arcaico, tiene también esa apariencia un tanto infantil del juguete. Y casi parece comestible. Es como si estuviera hecha para estar en las manos, lo que me recuerda que muchas de tus obras tienen un carácter táctil, son muy sensuales. Esa sensualidad, esa necesidad de hacer escultura que parezca orgánica, está presente también en tus piezas de jabón, de cera, de vidrio... Además, están tus instalaciones aromáticas, tu intervención con chicle en el Parque de Atracciones de Montjüic. Me gustaría que me comentaras un poco más esos aspectos sensuales, eróticos, que, nuevamente amparados en la ambigüedad de lo infantil, de lo inofensivo, dotan a trabajo de una ambivalencia inquietante.
MF.- 10 Onzas contra la fuerza de la gravedad consiste en el peso exacto de un guante de boxeo que aparece levitando en medio de una urna de cristal, a lo lejos, y situadas a ambos extremos del guante, dos cabezas de boxeador de tamaño reducido observan el fenómeno. Este conjunto de piezas (otra vez tres) aparecen ubicadas en la Galería Dorada, ya que pensé que este potentísimo espacio barroco dialogaría con la teatralidad de la propuesta y ensalzaría su valor escenográfico. Me gusta lo que comentas sobre las pequeñas cabezas azules de terracota, es cierto que me atrae la idea de jugar con las dimensiones humanas, al reducirlas puedes abarcarlas entre tus manos y también es cierto que por otra parten pueden responder, aunque no de forma intencionada, a una mezcla de referentes culturales arcaicos e incluso, porque no, algo futuristas (los extremos en el tiempo se tocan).
Sobre lo orgánico: inevitablemente me atrae y aparece y reaparece en mi obra…aunque luego lo llevo a otra dimensión, a veces trazando diálogos con la tecnología. Es una constante un tanto bipolar; por un lado aparece lo telúrico, matérico, orgánico y denso, casi germinal y silencioso…y por otro lo lúdico, incorpóreo, leve, luminoso, sonoro…
Sobre la pieza Dulce Antropofagia: en este sentido la esencia humana y animal se fusionan. El origen de las imágenes es una instalación que realice en el antiguo Parque de Atracciones de Montjüic, justo antes de que este fuese derrocado. Invadí literalmente lo que era la antigua caseta de los autos de choque con lianas formadas por masa de chicle de fresa moldeada que desde el techo se desparramaban por todo el suelo, en total unos 300 kl. de materia amasada y mordisqueada que al transcurrir del tiempo fueron derritiéndose y transformándose. Poco a poco al observar y olefatear la materia me cautivaron todas las asociaciones que se producían y decidí aproximarme a ellas y presentarlas a través de una pieza videográfica que incluiría aroma y sonido. Es la pieza que he realizado junto a la colaboración sonora de Pedro Tous y que presento en los aposentos del “Santo Duque” conviviendo con imaginería que aparece junto a sus atributos a símbolos de martirio. Mientras que desde La Capilla, espacio adyacente y antiguo oratorio del IV Duque de Gandía, provendrá el aroma dulzón y concentrado de fresa.
PR.- La adolescencia como un estado de lucha interior es el tema que tratas en el tríptico Day Off en el que se ven unos jóvenes empuñando guantes de color rosa mirando, retando al público. ¿Estableces algún tipo de paralelismo entre ese "combate" y la práctica artística? ¿Crees que el propio artista se halla siempre y de algún modo en un estado permanente de transición, como el adolescente?
MF.- Los tres chicos que aparecen en el tríptico están en una edad de transición decisiva, juegan en su día libre, aún puede percibirse en ellos de forma muy latente la infancia, y por otro lado nos tientan, su poder de seducción radica en toda la fuerza, energía y vitalidad que poseen. Con su actitud y postura combativa nos retan. A través de todos estos elementos y sobre todo de su mirada quería desvelar esa pulsación latente, pero por otro lado me interesaba que permaneciese cierta inocencia infantil y todavía un tanto asexuada y confusa. La maraña de lianas y los guantes de boxeo de color rosa fucsia también en cierta manera expresan esa dicotomía y confusión, y a su vez se establezco relaciones formales entre el guante que levita, la cabeza reducida y las lianas de chicle derritiéndose en la película. Nunca he pensado en la relación de este dibujo mural, con la práctica artística en cuanto a la idea de combate o lucha interior, para mi ninguna de esas dos vías esta relacionada con la práctica artística. Sobre tu pregunta sobre el “estado de transición”, siempre he sentido que nos hallamos en ese estado permanentemente, aunque nos percatemos más o menos de ello.
/B_documents_decompte>Ver en línea : 10 onzas contra la fuerza de gravedad